Y finalmente, regresamos
¡Vaya semana más larga! El domingo salíamos de Sydney y hasta el viernes no hemos llegado a Madremanya, por medio Bangkok, Frankfurt, Londres y Barcelona. Y aparte de nosotros, el equipaje.
Fuimos con tiempo al aeropuerto ya que teníamos más equipaje de los 23 kilos por persona autorizados y algo habría que hacer. Para nuestro viaje, la compañía Qantas cobra 75 $/kilo que te pasas, así que buscamos una agencia de transporte de carga allí mismo. Esta agencia nos cobró a 10 $/kilo… por lo que no había duda, unas mochilas iban con nosotros y el resto ya llegaría después.
El viaje fue largo como era de esperar, pero con el vino a discreción que nos dieron y las películas fueron pasando las 9 horas. Llegamos a Bangkok para hacer una parada técnica y en menos de 2 horas ya estábamos volando de nuevo. Tranquilidad absoluta en el aeropuerto.
El siguiente tramo fue parecido, pero por la mañana anunciaban que íbamos a Frankfurt en vez de Londres. El aeropuerto estaba cerrado por la nube del volcán Eyjafjallajökull y teníamos que esperar. Nos pasamos 2 horas dentro del avión, hasta que a las 8 se abrió el trafico y pudimos aterrizar en Londres. En 1 hora nos subimos nuevamente en otro avión para llegar a Barcelona. Nosotros, las mochilas no y se quedaron allí.
Después de 2 días nos las trajeron, pero ahora faltaban las otras y finalmente el viernes aparecieron. Pero para recuperarlas tuvimos que hacer los tramites de la aduana, así que otras 2 horas de papeleo y no, nada que declarar… solo son objetos personales acumulados durante 6 meses y medio.
Al llegar a Madremanya, sorpresa: unos “fantasmitas” nos habían llenado la nevera y pudimos cenar rica-rica-ricamente.