Visita rápida a Madrid
Cris tenia una reunión en Madrid y aprovechamos para hacer una visita rápida. Nunca creo que viviríamos en Madrid, pero las visitas que hemos hecho siempre han sido interesantes y muy agradables. Siempre recomendable.
Empezamos con un paseo y una exposición de Antonio Lopéz, un pintor y escultor madrileño hiperrealista, en el Museo Thyssen-Bornemisza. Puede tener algunos cuadros que los acaba en varios años de trabajo, un día lo empieza y no lo da por acabado hasta algunos años después. Es detallista en los dibujos y más relajado en algunas pinturas, ¡y las esculturas parecen guardar vida interior!
Las tabernas siempre son agradables, con la tradición de acompañar las cañas con alguna tapa y esos platos generosos. Cenamos en Carmencita Bar por casualidad y nos fue muy bien.
El viernes era el día de la reunión, y dejando a Cris en su punto de encuentro, me fui a dar una vuelta por lo más selecto de la ciudad. La calle Serrano tiene todas las marcas de lujo posibles, pero había algo allí cerca que me pareció interesante visitar: la calle Claudio Coello. Estuve el número 104, caminé por la acera de enfrente y llegue a ver la Embajada de Estados Unidos. Si alguien quiere más pistas, el nombre es “Operación Ogro”. Y para seguir con la linea, regresé hacia la calle Genova, pasando al lado de la Audiencia Nacional, para ver la sede del PP. Demasiado para un paseo matutino.
Cuando Cris acabó la reunión bajamos hacia el Museo Reina Sofia. Tenia pendiente volver a ver el Gernika en directo después del puzzle y, aparte de eso, también había una exposición temporal de Yayoi Kusama. A Yayoi la habíamos descubierto en Wellington, Nueva Zelanda, y nos pareció una mujer autentica y divertida.
El regreso fue cansado. En el vuelo que teníamos resultó que había overbooking y nos pasaron al siguiente… y este también tuvo retraso. Al final llegamos a Barcelona y todavía nos faltó subir a Madremanya, para llegar sobre las 3 de la mañana. A pesar de eso, habrá más visitas a Madrid.