Sydney
Y de Melbourne regresamos a Sydney. Vuelo, maletas, traslado al albergue… ¡Pedazo de albergue! Tanto en Australia como en Nueva Zelanda, los albergues internacionales (YHA) son de lujo. Valor seguro. Este que hemos estado ahora es uno de los mejores y tiene 8 pisos: piscina, cine, barbacoa, terraza, varias cocinas, cafetería, bar, salón… Ademas esta en el centro de la ciudad, cruzando la calle esta la estación central de trenes y al otro lado el barrio chino.
Nos tomamos la visita con calma. La Opera House, el puente sobre la bahía, el primer asentamiento llamado The Rocks, el barrio chino, el centro comercial Reina Victoria… paseo para arriba y paseo para abajo con tranvía, autobús y ferry.
A pasear también nos fuimos, esta vez en tren, un par de días hacia el interior y la naturaleza, hacia las Blue Mountains. Dos días a 1.016 metros de altitud y algo de fresco en un pueblo llamado Katoomba, donde nos dedicamos a caminar y descansar antes del gran viaje de vuelta.
La segunda etapa en Sydney la dedicamos a visitar algunas áreas mas alejadas. A primera vista parece que la ciudad vive mirando a la bahía, por el centro se ven mas gaviotas que palomas, pero es muy grande y los barrios funcionan a su ritmo. La calle King Street en Newtown con mucho ambiente, el mercado de Glebe o de Oxford Street con puestos de segunda mano y artículos de diseño, el atractivo mercado de pescado, la playa de surfistas de Bondi o el mercado nocturno chino con dragón bailarín incluido.
La comunidad asiática es bastante importante y por todos lados ves chinos, tailandeses, vietnamitas, japoneses, malasios… Hemos cenado buen sushi, noodles, curry y descubrimos los rotis en un malasio llamado Mamak que parece estar de moda ahora mismo.
Sydney es una cuidad grande, caótica y con mucho movimiento. ¿Estaremos echando en falta la tranquilidad de Townsville? Nooo…