Las idílicas campañas en el Mediterráneo
Cuando dices que vas a lugares como Cabrera, Columbretes o Córcega a trabajar, y sobre todo a bucear, todo el mundo dice ¡qué suerte tienes! Si tengo mucha muchísima suerte, pero como todas las cosas en la vida, no todo es tan bonito como parece! Un ejemplo: campaña en Marzo a las Islas Columbretes.
Día 1, salgo de casa a las 7h de la mañana hacia Castellón, después de dos horas, llamada. Hay mal tiempo y el barco no sale. A casa.
Día 2, salgo de casa de nuevo a las 7h de la mañana y esta vez si que llego en Castellón y sale el barco rumbo a Columbretes.
Columbretes nos recibe con días de buen tiempo pero agua muy muy fría (13 grados!). Es un placer está viviendo el faro, pero hace frío, mucho frío… de hecho, mejor ni saber la temperatura que hace dentro al faro.
Acabamos el trabajo, disfrutando del entorno, la compañía de los guardas y la luna, dicen que la luna más grande de los últimos años. Impresionante! Pero a cambio, a la hora de la vuelta, entra mal tiempo. Esto quiere decir que nadie nos vendrá a buscar. Toca esperar a mañana.
Después de esperar todo el día que si viene el relevo, que si el barco no funciona, que si empieza a entrar viento fuerte… finalmente salimos de la isla. Hicimos el cálculo de a qué hora llegaría a casa mil veces y no nos equivocamos demasiado, en tierra a las 21h y en Madremanya a la 1h de la madrugada… como decía, todo en la vida tiene cosas buenas y cosas malas.
Yo de momento, aunque me quejo un poco, no lo cambio por nada.