Las bicicletas son para el verano… si lo sobrevives.
J (Joseba): Venga, pues, cuéntanos cómo fue…
C (Cristina): Teníamos el coche en el mecánico así que aquel martes quisimos ir a la universidad en bicicleta.
J: Que hay unos 12 km… de casa a la uni.
C: A mitad de camino, me caí.
J: Tú ibas delante.
C: Si.
J: Y quisiste imitar a Beloki bajando el puerto de La Rochette en el Tour del 2003.
C: Más o menos y según tú.
J: Te saliste del pavimento.
C: La rueda se resbaló y es que las calles de Townsville tampoco están en el mejor estado.
J: Por la noche llovió también… y ¿qué te hiciste?
C: Me di un golpe sobre el lado derecho y me saltó la uña del dedo gordo del pie izquierdo. Y eso sí que duele de verdad.
J: Si, estabas un poco con mala cara.
C: Claro por que me maree del dolor.
J: Pero allí estaba yo.
C: Si, bien …
J: Y conseguí llamar a un taxi.
C: Pero ¿Quien consiguió el numero? ¿¿¿Delirando???
J: Vimos pasar un taxi por el otro lado y yo estaba buscando el móvil.
C: Bueno, finalmente el taxi llegó.
J: Y corriendo hacia el hospital, a urgencias.
C: El camino se hizo un poco largo para mí.
J: Pero los doctor fueron muy profesionales, ¿no?
C: Es que he descubierto que tienen pánico al dolor y por eso solo entrar te llenan de calmantes y después incluso me pusieron anestesia local en el dedo del pie, de hecho lo agradecí mucho.
J: Y fue una intervención muy rápida… aunque tú no mirabas. El espectáculo fue la enfermera poniendo la venda de una forma muy curiosa.
C: El diagnóstico fue múltiples abrasiones, el brazo derecho muy dolorido y dislocación de la uña, en fin, ¡podría haber sido mucho peor!. La recomendación final fue que estuviera una semana de reposo y desde entonces no he salido, al menos veo el mar desde la ventana de casa… nunca te puedes quejar aunque estés muy mal.
J: Estás como una reina.
C: ¡Eso lo dices tú!